una verdad

y el que esté libre de pecado las piedras se las doy yo pa que me las tire...

A continuación voy a escribir una conversación normal, de esas que uno tiene a diario:

-Ay, pues ya me han acabado la cocina...

- ah, si? ¿y qué tal te ha quedado?

-pues mira, más bonita, he puesto los muebles en verde pistacho con los tiradores de varios colores, algunos rosa, otros amarillo limón, y también algunos en verde tierra de la isla de Pascua (que esa es otra, los colores, pero de eso ya hablaremos otro día). Oye, ¿por qué no te vienes el Sábado a comer y te la enseño?

-¿el sábado? pos va a ser que no, es que tengo mucho lío, pero ya si eso me dices en que página del catálogo del ikea está, y la damos por vista no?
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Y así es la vida, a esto hemos llegado señores, por eso yo tengo en mi casa habitualmente una lista para la compra y otra lista, la lista alternativa, que es "la lista del ikea", y que conste que se llama así, "la lista del ikea"


un ejemplo:

Mi novio, que no sé si os habré contado que es de Tarifa, pues puso la Hortensia que me regaló por mi cumple en un estantecito que hay en el balcón. De Tarifa señores, de los de Tarifa de toda la vida. Pues claro, ¿qué tenía que pasar? que le dio un viento y a la mierda la maceta.
a lo que yo digo: "no te preocupes, apunta maceta en la lista del ikea y yastá"

pero es que la vida es así...
hombre, yo me libro un poco, porque mi cocina (y mi casa en gral, pero la cocina particularmene) es del siglo XVI, y no me refiero a que sea "estilo siglo xvi", es que literalmente lo es, aprobada por la reina Isabel I, que lo sepais.

Y además, tengo un frigorífico de lunares, y ¿quién más tiene un frigo de lunares?

por eso, yo quiero proponer a los progenitores que pongan la lista de boda, o de bautizo en este caso, en el ikea, que hay unas cosas mu monas, y seguro que se os antojan porque se nos antojan a tos los seres humanos, que pa eso está el ikea, y ahi el negocio que traen, que tú vas con tu "lista del ikea" y a los dos segundos, a la mierda la lista!, empiezas a meter cosas en la bolsa amarilla, y como están tan baratas.... pos nada, que al final el ticket de 80 euro pa arriba, y lo revisas y lo revisas, y tú: "joe, po algo tiene que estar mal, porque yo no he podío gastarme tanto dinero, si llevo cuatro tonterías" y allí te pones tú ticket en mano "gosa krama, ¿y eso qué coño es ahora?, ¿minnen groda?, ¿saxan?". Claro, a tí eso te suena al príncipe de Egipto a lo que más, porque tú en sueco no sabes decir ni siquiera hola. A tí lo que te gustaría es ponerte en la caja, sacar las cosas una a una y comprobar las etiquetas con el ticket, pero claro, te da un poco de apuro... Y claro, ellos se hacen los suecos, que de ahí viene el dicho, y en vez de ponértelo aunque sea en inglés, no nada, ahí te aguantas... Y ahí está la segunda parte del negocio del Ikea, ¿que tu llevas unos cuchillos, una sabana, y uan silla acolchada? ellos te añaden un servilletero y un patito de goma de los de la bañera, total, no te vas a dar cuenta...

Así que nada, obviemos todo lo anterior, porque en cuanto vaya al ikea, voya comprar unas cuantas alfombras de esas redondas en rojo, como la que tienen mi prima Ana y mirmana, y la voy a poner en la moqueta del salón, asi esparcidas.
Pa que me vaya a juego con el frigorífico, digo yo.



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